En el período posterior a la Gran Guerra, Berlín es conocida por ser la capital mundial del libertinaje. Un lugar donde se puede comprar cualquier cosa por el precio adecuado. Es tanto una ciudad de hedonismo como de negocios; sus calles están llenas de veteranos discapacitados, prostitutas, inmigrantes indigentes y agitadores políticos, todos codeándose con empresarios, académicos y artistas. Las alcantarillas se llenan con la sangre de los asesinatos políticos cuando los comunistas y las sociedades völkisch se enfrentan entre sí, así como con la Policía. Hasta bien entrada la noche, los famosos cabarets de Berlín ofrecen música, baile y estimulantes espectáculos, en marcado contraste con los edificios grises que se extienden a lo largo de los interminables bulevares de la ciudad.